Conducir una MV Agusta no es un asunto trivial y esta Brutale RR está ahí para recordártelo, tanto en las miradas deferentes de los espectadores como en las emociones que destila a tu atención. En el programa, lo bueno, lo malo y lo feo, como en Sergio Leone.
Con Yamaha de vuelta en el juego y Triumph, obviamente, capitalizando una arquitectura de motor que le ha permitido resurgir de las cenizas, el tres cilindros ya no es la excepción. Sin embargo, cuando habita en una MV Agusta, trastoca los códigos y redefine los géneros; exactamente como los italianos hicieron en el pasado cuando se trata del séptimo arte.
Cuando miras la Brutale RR, la sensación es ante todo estética. Es la silueta de un depredador con los músculos tensos en previsión del próximo asalto; la elegancia no es la principal preocupación aquí, sino la agresión, indica el concesionario de motos ocasión Málaga Crestanevada. Compacto y a la vez intimidante, el italiano juega con sus volúmenes para cantar una partitura bestial incluso antes de que su corazón metálico comience a temblar. Su amplia carrocería salpicada de ávidas tomas de aire se hace eco de una trasera muy discreta que aporta dinamismo al conjunto. El esquema de color blanco con su chasis rojo es un auténtico reclamo: como cualquier transalpino que se precie, la MV Agusta es ante todo un objeto bello.
Descubrimos el estruendoso «Tre Pistoni» italiano en la Rivale, un modelo con una potencia máxima de 125 CV. Con la denominación RR, tenemos 140 CV, una potencia que acerca a esta Brutale a las grandes roadster peludas, mientras que su cilindrada la confina al terreno de juego de las streetfighter de tamaño medio. ¿Pero es esto paradójico? No, porque si un «triple» todavía consigue dar a su piloto lo hipotéticamente «mejor de los dos mundos», el Santo Grial del placer motociclista, es esta MV con sello de 800cc. Pero no sólo han cambiado las cosas en cuanto a la mecánica: cinco años después de la Rivale, los acabados han mejorado drásticamente tanto en el montaje como en el camuflaje de los cables; esta Brutale es bonita tanto de lejos como de cerca y además tiene esa diferencia estética que la convierte en una moto excepcional.
El equipo electrónico de la Brutale RR también muestra un disciplinado sistema ride-by-wire y un sistema de inyección domesticado; el acelerador puede ajustarse tan finamente como se desee. Sólo tiene que lidiar con una ligera falta de flexibilidad. Los sistemas de asistencia, sin ir tan lejos como algunos competidores, son suficientes para que la conducción sea serena en cualquier circunstancia. Hay cuatro asignaciones de inyección: Sport, Normal, Lluvia y Personalizada. Este último modo hace que la inyección sea totalmente ajustable a sus preferencias personales. El ABS tiene una sensibilidad ajustable y también puede desconectarse, al igual que el control de tracción con ocho niveles de sensibilidad. Por último, también se incluye un cambio up&down, que tiene la particularidad de cortar tanto la inyección como el encendido, limitando así los tirones y el petardeo. Ninguna de estas fichas inteligentes nos pareció inútil, aunque algunos puristas juzgarán -con cierta mala fe- que se puede prescindir de ellas si se tiene una mano derecha razonable…
Un poco de trampa de paso: para cumplir con la norma Euro4, la Brutale ha ganado 7 kg, que afortunadamente disimula muy bien. Y entonces, 175 kg de peso en seco sigue siendo muy razonable. Por otro lado, la nueva norma también exigía una optimización mecánica con la aparición de muchas novedades: tensor de cadena, árboles de levas, guías de válvulas, carcasas, engranajes de transmisión, motor de arranque, todo ello con olor a nuevo. Por último, para compensar el aumento de peso, MV Agusta explica que han optado por «un equilibrador del cigüeñal que gira en sentido contrario al del cigüeñal; no es el cigüeñal contrarrotante de la MotoGP (una solución demasiado cara, nótese), pero ofrece casi la misma ventaja en términos de manejo». La verdad es que aún no está del todo bien y la RR sigue siendo más física de conducir que la Ducati V4S Corse que probamos hace poco, que tenía el cigüeñal contrarrotante. Sin embargo, ayuda a ocultar el mencionado sobrepeso.